viernes, 3 de octubre de 2014

De la “conciliación” y otros pecados inconfesables


Hoy por la mañana me he levantado con las declaraciones la señora Mónica de Oriol presidenta del Círculo de Empresarios Españoles. Reproduzco literalmente lo dicho por ella no sin cierta pena, rabia y también asco:

"Si una mujer se queda embarazada y no se la puede echar durante los once años siguientes a tener a su hijo, ¿a quién contratará el empresario? Prefiero a una mujer después de los 45 años o antes de los 25, porque por el medio, ¿qué hacemos con el problema?", 

Inmediatamente, he sentido la necesidad de saber cuál había sido la “ruta” vital de esta mujer que siendo joven (creo que tiene unos 50 años) y empresaria se permite hacer ese tipo de declaraciones.

Mi estupor (y mi rabia) iba de creciendo vertiginosamente según iba descubriendo datos sobre ella, sus estudios universitarios prestigiosos, dos matrimonios, alta directiva de varias empresas y seis hijos, sí, seis hijos. Bien es verdad que los tres primeros los tuvo muy jovencita, antes de los 25 años que pone ella como tope a las mujeres para ser “empleables”, para ser empleados fidedignos y de “buena calidad”.

Este tipo de comentarios machistas y completamente desprovistos de fundamento generan en mi mucha rabia y cuando vienen de una mujer muchísima incomprensión.

Llevo 15 años trabajando y 2 con un cargo directivo. De esta mi experiencia profesional, corta lo reconozco, he sacado las conclusiones siguientes:

  •  En las plantillas de personal cualificado (secretarias, administrativas, juristas, etc.) hay una mayoría de mujeres entre 25 y 35 años porque trabajando lo mismo (y a veces más) que un hombre, cobran mucho menos sueldo, entre el 10 y el 25% menos que sus homólogos masculinos

  •  Los jefes y responsables de esas plantillas suelen apreciar al personal femenino porque se adaptan, son más flexibles y menos exigentes que sus homólogos masculinos que quieren “promocionar”

  • Los jefes y responsables de esas plantillas aprecian también a las mujeres de esas edades porque se sienten menos amenazados por ellas que por sus homólogos masculinos (no vaya a ser que les quiten el puesto)

  • Algunos cargos directivos, muy cínicos, han entendido que la  “conciliación” que piden las madres (y algún padre como mi señor esposo) es un verdadero negocio para ellos porque reduciéndose la jornada, reducen el sueldo pero no la carga de trabajo porque y cito a un  joven empresario y amigo de mi marido: “las mujeres son (sois) tontas, se sienten culpables por haberse reducido la jornada y “sacan” el mismo trabajo en menos tiempo”.

  •  He utilizado el termino jefes y responsables que engloba a hombres y mujeres, pero en realidad jefes y responsables que sean mujeres hay pocos, dolorosamente pocos. En departamentos con un 95% de mujeres en los puestos “junior”, sueles encontrar siempre o casi siempre hombres como jefes de departamento. ¿Qué pasa con las mujeres? Desaparecemos, según vamos subiendo en el ranking de puestos de un departamento, no digamos ya de los puestos de alta dirección.

  •  Cuando eres una mujer y trabajas, quedarte embarazada es jugar a la ruleta de la fortuna. La mayor parte de las mujeres viven (vivimos) el momento en el que tenemos que dar la “buena” noticia a nuestra empresa con miedo y aprensión. Sí, porque hasta que no te toca a ti, no sabes cómo (te) saldrán las cosas y en una misma empresa, con una misma política de recursos humanos, tu futuro en la empresa  depende directamente de tu responsable, de su forma de ser y pensar.

  • Lo que sigue es obvio  pero hay que recordarlo porque parece que hay personas que se pierden. El hecho de tener uno o varios hijos no disminuye la capacidad de trabajo, ni el interés, ni la competencia profesional de una persona, es más, el hecho de tener responsabilidades y horarios menos flexibles suele tener el efecto contrario es decir una personas más concentrada, más organizada, que está a lo que está y no como diría mi amiga Paula a “calentar el asiento”.


Estas mis humildes constataciones, las conocemos todos y la señora de Oriol con su amplia experiencia profesional las conoce mucho mejor que bien.  

Y en estas condiciones, sólo tengo dos preguntas:

1- Señora de Oriol, ¿cómo se atreve a hacer semejantes declaraciones? ¿se da usted cuenta de su repercusión?

2- Señores y señoras empresarios españoles ¿se sienten ustedes representados por la señora de Oriol?

Añado para terminar que si el hecho de ser madre (o padre)  garantizase el puesto de trabajo durante 11 años, la tasa de natalidad española subiría como la espuma.